Como el pálpito que emana
de la esdrújula palabra.
Como el quejido que golpea
la paciencia de tus dedos.
Como la hogaza que sabe
que depende del hambre.
Como el bocado maduro
que oculta mi blusa
holgada por error...
Intentando eludir tus labios, inevitables.
Pues yo intento eludir este blog y no lo consigo porque siempre que paso por aquí me encuentro joyas que son como el códice calixtino, una especie de guia para los peregrinos que adoran la poesía, sepamos o no apreciarla en su justa medida.
ResponderEliminarPrecioso!!!! Hay caminos que buscan su destino, y cuanto más se trata de evitarlos más inmersos en ellos estamos.
ResponderEliminarAbrazos Ana.
Pues yo no podría eludir este rincón aunque quisiese... más que nada porque me encanta encontraros por aquí a los dos. Porque ambos, en vuestros estilos diferentes de escritura también tenéis en mi persona una ferviente seguidora. Gracias!!!!!
ResponderEliminar