Vengo a dejarte un anhelo
de piel y besos desnudos.
¡Y puedo escribir tanto!
...
De estas sombras que cuentan
las siluetas prohibidas
a través del deseo.
De estas paredes habitadas
por el sabor rotundo
de lentas caricias.
De cada habitación de mí
entreabierta sin más
a tu capricho.
De todos los rincones callados
guardando secretos
dilatados.
De pasión impaciente y roja
como el vino de la copa
que ama tus labios.
De celos tullidos y crueles
que matan mi calma
avivando fuegos.
De huellas alejadas del mundo
secretamente tatuadas
en mi cuello.
De esta tu casa, forjada
... en cada entraña de mi ser
... en cada curva dañina
... en cada suspiro construido
- para ser tuya-
Visítame antes que la luna venga
a teñir de brillos mis lágrimas.
¡Puedo escribirte tanto! ...
No hay palabras, no hay suspiros, no existe nada, para poder describir las imágenes que has provocado en mi mente.
ResponderEliminarLa manera de conjugar cuerpo con sentimientos, es maravillosa!!!
Gracias por tus poemas!!
ELen.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el poema, mucha pasión y sensualidad.
ResponderEliminarEs cierto lo que dice Elena, conjugar cuerpo con sentimientos, la sensualidad, el cuerpo, con la pasión, los sentimientos.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Elena e Iñaki.
ResponderEliminarEl gran poder de la poesía ha de ser precisamente el saber conjugarse con cada sentimiento, hacer que la tinta se convierta en susurro directamente enviado a quien lo lee. El día que no pueda conseguir eso, me dedicaré a otra cosa.
Totalmente a vuestra disposición. Siempre estais invitados a leerme. ¡Un abrazo!