Sobre alegrías y tristezas todo está escrito e inventado. Porque ninguna de estas dos enemigas necesita de invenciones. Porque son parte masiva de la vida y respiran gracias a cada latido. Bombean tanta sangre como la poesía, como la piel, como las miradas. Ellas no necesitan ser escritas pero yo lo hago, las escupo o las trago...
en un reto a muerte sin tregua, ni posibilidad de bandera blanca, ni silencio.