No te nombro aún,
aunque palpitas por primera vez dentro del nido más dulce.
Y mis besos aún no rozan tu diminuto perfil,
pero tomo tus manitas de ángel figuradamente
y sé que mi amor te arropa.
Te siento como un regalo
que ha venido a endulzar los días y a renovar las sonrisas.
Cuida mucho de tu mamá,
ella te desea más que nada.
Y yo seré la tía abuela
más orgullosa del universo.
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