miércoles, 29 de julio de 2015

Dudas de sal
ambientadas a dos bocas
sobre un espacio solar inaguantable.
Grietas,
despachos y otras lenguas,
despellejan, el deseo de las moscas.
Supura la carne,
tal cual fue pensada anteayer
-al hábito el monje
y a la escama la branquia-
por si no te amas.
Perseguida la metástasis del sueño
entre albas demasiado viejas,
queda inaugurada
la desnudez de vías
entre la calle de al lado
y las luciérnagas.
Recolectar a manos-trauma
es así de bipolar.
Cuando no se piensan los dedos
sobre las aguas
que creímos ciertas
y que dependen del sudor:

La vida es gota.

Ana María Arroyo
(2015)

miércoles, 20 de febrero de 2013



En todo aquello que dices
sin voz que cubra tus labios.

Allí quiero vivir.

Enciérrame en tus manos...






Mi alma advierte la necesidad de tu orilla.
Concédeme la brisa.

Y si eres tú.

Si eres tú el paisaje más azul de esta mirada,
dejaré mis manos en la arena
y unas pocas palabras.

Para naufragar.






Tengo todo el trasiego de tu recuerdo aquí,
intacto.

Y la sien descolorida 
de tanto palpitarte.






Me suicido en cada callejón de tus palabras
para recuperar todas las pisadas que perdimos.
Aquí, encharcados, 
sobreviven los mínimos significados.
No sé si lloverá sobre los tejados de mi voz.
Mi piel dice
que no estoy hecha de alquitrán.
Pero a veces querría saber amarte
tan dura como el asfalto.





viernes, 18 de enero de 2013





Te voy a solidificar con mi dolor
como una nómada podrida de hambre y frío
atascada en la violencia desigual de nuestro tiempo.

No me decidas a medias, déjame desnudarme,
algo más de cerca.

Morirá nuestra sonrisa de todos modos.

Cuando las lunas se habitúen al temblor de tripas
o el puñal al cuello, rendido de impaciencia.
En ese instante en el cual
la sangre es igual de roja
en las piernas
o en la lengua.

Donde las palabras son de piedra y tu boca es de carne. Y es ahí.

Sólo un puto dolor.
Y una puta poesía bajo tierra.




jueves, 3 de enero de 2013





No sabríamos temblar ante el miedo que se oculta tras un punto y seguido, si no fuésemos almas escritas. La vida es una línea de espacios disfrazados, que no nos advierte nunca del salto de renglón. 

Y el significado solo es humano cuando se lee a corazón abierto.
Dejando muchos espacios para la esperanza.

Así de vivos.