En su relámpago vivo
suplica tu aliento
la tormenta,
ávida de ensueño,
de senos fríos
que calmen su herida.
Cortinas de lluvia
y belleza.
Visillos de niebla
e ironía.
Se inclina el trueno
para saciarla.
Y bebe aturdida,
tu aroma de cielo.
Tiniebla ...
... ¡ESTALLA!
Aquellos vientos trajeron estas tempestades...
ResponderEliminarUn poema muy "blogrrascoso", :)))))
Beso.
No me gustan las tormentas pero esta pedazo de escritora me cambia todos los esquemas, al final conseguirá hasta que me gusten las fallas.
ResponderEliminarDe momento me gusta este estallido que ya he disfrutado en FB, no como otroooooossssssssssss
Es que a otroooooossssssssssss les ha dado por vivir tranquilos, sin tener que aguantar empaquetados varios y tener que quedar bien con quien se quiere y con quien no... jajajaaaaaaa... En el blog se vive mucho más tranquilo, y allí sólo vienen los amigos.
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