En su relámpago vivo
suplica tu aliento
la tormenta,
ávida de ensueño,
de senos fríos
que calmen su herida.
Cortinas de lluvia.
Belleza.
Visillos de niebla.
Ironía.
Se inclina el trueno
para saciarla.
Y bebe aturdida
tu agua de cielo.
Tiniebla.
¡Estalla!
ANA ARROYO
Marzo 2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario